La ciberseguridad ha dejado de ser un desafío exclusivo de las grandes potencias y se ha convertido en una prioridad global. Chile, en un esfuerzo por fortalecer su capacidad de respuesta ante ataques cada vez más sofisticados, ingresó recientemente a la Counter Ransomware Initiative (CRI), la mayor alianza internacional contra el ransomware. Esta integración refleja un cambio en la estrategia del país, que ahora apuesta por la colaboración y el intercambio de información con otras naciones para anticiparse a las amenazas.
En esta línea, Chile está avanzando en tres frentes clave: la cooperación internacional, la adaptación tecnológica y el fortalecimiento del talento especializado. Estos pilares están definiendo el futuro de la seguridad digital en el país, en un contexto donde el cibercrimen crece a ritmos alarmantes y las pérdidas globales por ciberdelincuencia podrían alcanzar los 10,5 mil millones de dólares anuales para 2025, según el Foro Económico Mundial.
La adhesión de Chile a la Counter Ransomware Initiative, impulsada por Estados Unidos, se suma a otros esfuerzos locales como la Ley Marco sobre Ciberseguridad y la Agencia Nacional de Ciberseguridad, que buscan consolidar una política robusta para la protección de infraestructuras críticas.
En la actualidad, donde los ataques son cada vez más sofisticados y no conocen fronteras, la colaboración entre países y sectores es fundamental. La inteligencia artificial, por ejemplo, ha sido utilizada tanto para fortalecer defensas empresariales como para diseñar ataques personalizados. Ante esta realidad, la articulación entre gobiernos, empresas y organizaciones internacionales resulta esencial para la detección y mitigación temprana de riesgos. La cooperación no solo permite un mejor acceso a información crítica, sino que también facilita la creación de marcos regulatorios que ayuden a estandarizar las prácticas de seguridad en diferentes industrias.
El avance de la digitalización ha abierto grandes oportunidades, pero también ha traído nuevos desafíos en materia de seguridad, especialmente con el auge del teletrabajo y el uso de dispositivos personales en entornos laborales. Ante este escenario, las empresas han fortalecido sus estrategias de protección, incorporando medidas como el monitoreo continuo, la segmentación de redes y la autenticación en dos pasos. Más allá de la tecnología, el factor humano sigue siendo clave: la capacitación constante de los equipos permite anticiparse a amenazas como el phishing y el ransomware, fortaleciendo una cultura de ciberseguridad más sólida y proactiva.
Las organizaciones están adoptando herramientas basadas en inteligencia artificial y análisis de comportamiento para detectar anomalías antes de que se conviertan en ataques consumados. Estas tecnologías permiten analizar patrones en tiempo real y mitigar amenazas de manera proactiva. La tendencia es clara: la seguridad digital ya no es solo un asunto de infraestructura, sino también de educación y preparación. A medida que las amenazas evolucionan, es fundamental que tanto las empresas como los individuos adopten una mentalidad de seguridad activa y se mantengan actualizados con las mejores prácticas del sector.
Las campañas de concientización también juegan un papel fundamental en la reducción de riesgos. Desde iniciativas gubernamentales hasta programas internos en empresas, la educación en ciberseguridad debe convertirse en un esfuerzo constante. Herramientas como simulaciones de ataques de phishing y pruebas de seguridad pueden ser esenciales para fortalecer la cultura de prevención dentro de las organizaciones.
El auge de los expertos en ciberseguridad
La creciente sofisticación de los ciberataques ha generado una alta demanda de profesionales en ciberseguridad. Las empresas financieras, fintechs y aseguradoras lideran la contratación de expertos en seguridad informática, conscientes de que un solo incidente puede comprometer información sensible y afectar gravemente su reputación y estabilidad financiera. Sin embargo, la necesidad de expertos en ciberseguridad se ha extendido más allá de estos sectores, alcanzando industrias como la salud, la educación y la manufactura, que también manejan datos sensibles.
El mercado laboral está respondiendo a esta necesidad con remuneraciones altamente competitivas. Cargos como el de Director de Seguridad de la Información (CISO) y Especialista en Seguridad han experimentado un alza en sus sueldos, reflejando la urgencia de contar con talento especializado. En este contexto, las universidades y centros de formación han comenzado a ofrecer programas más específicos en seguridad digital, buscando preparar a la próxima generación de expertos que liderarán la protección de datos en un mundo hiperconectado. La colaboración entre la academia y el sector privado también se ha vuelto crucial, permitiendo que los estudiantes accedan a experiencias prácticas y que los empleadores encuentren talento con habilidades alineadas a las necesidades reales del mercado.
El rol insurtech en la nueva era de la ciberseguridad
El sector asegurador ha evolucionado junto con los desafíos digitales. Las empresas insurtech, que combinan tecnología con servicios aseguradores, han encontrado en la ciberseguridad un área clave de desarrollo. Ante el aumento de ataques cibernéticos, las compañías de seguros han comenzado a ofrecer productos específicos para proteger a las empresas contra incidentes digitales, incluyendo coberturas ante ransomware, filtraciones de datos y daños derivados de brechas de seguridad.
Además, las insurtechs están innovando en el uso de inteligencia artificial para evaluar riesgos y personalizar pólizas según el perfil de cada cliente. Este enfoque no solo mejora la gestión de siniestros, sino que también incentiva a las empresas a adoptar mejores prácticas en seguridad, reduciendo su exposición a amenazas. En un futuro cercano, podríamos ver pólizas de seguro que se adapten en tiempo real a los cambios en la postura de seguridad de una empresa, basadas en monitoreo continuo y análisis de datos en la nube.
Chile avanza hacia un ecosistema digital más seguro, pero el camino aún es largo. La combinación de cooperación internacional, adopción de tecnologías avanzadas y desarrollo de talento será clave para enfrentar los desafíos que trae la era digital. En este contexto, sectores como el insurtech jugarán un rol fundamental, proporcionando soluciones que no solo mitiguen riesgos, sino que también impulsen una cultura de prevención y resiliencia cibernética. La integración de estos elementos no solo fortalecerá la seguridad de las organizaciones chilenas, sino que también mejorará la confianza de los ciudadanos y las empresas en la transformación digital del país.
Fuentes:
https://www.minrel.gob.cl/
https://www.emol.com/
https://www.latercera.com/