En el panorama actual, donde la conciencia ambiental es una prioridad a nivel mundial, Chile se sitúa en la intersección entre los desafíos medioambientales y el sector asegurador. Esta convergencia destaca la creciente interdependencia entre ambos ámbitos, donde los riesgos ambientales impactan de manera significativa en las operaciones aseguradoras, al mismo tiempo que estas últimas pueden desempeñar un papel fundamental en la gestión y mitigación de dichos riesgos.

En este contexto, la reciente evaluación ambiental realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) adquiere una relevancia aún mayor. Si bien los resultados no son una mera repetición de informes anteriores, sino un análisis actualizado de la situación, continúan reflejando desafíos persistentes y áreas de mejora en el panorama medioambiental chileno.

Entre las observaciones más destacadas, se encuentra la continua preocupación por la contaminación atmosférica, señalando la necesidad de una acción más enérgica en los Planes de Descontaminación Atmosférica en las zonas más afectadas. Además, se destaca el avance en la conservación de la biodiversidad y el fortalecimiento institucional en materia ambiental, aunque se subraya la importancia de garantizar recursos adecuados para su funcionamiento efectivo.

Otro punto crucial resaltado en la evaluación es la crisis del agua, que no solo plantea desafíos ambientales, sino que también aumenta los conflictos sociales. La asignación y calidad del recurso hídrico se presentan como áreas críticas que requieren una reforma urgente.

En este escenario, la industria aseguradora emerge como un actor clave en la gestión de riesgos ambientales. La sostenibilidad se convierte en un componente fundamental para el sector, ya que la falta de consideración de criterios ESG puede traducirse en un aumento de siniestralidad y catástrofes. Sin embargo, también representa una oportunidad para la innovación y el crecimiento sostenible en el ámbito asegurador.

En línea con esta tendencia, distintas reaseguradoras globales han estado intensificando sus esfuerzos para abordar la sostenibilidad y contribuir a la mitigación de riesgos ambientales. Empresas como Swiss Re y Gallagher han implementado diversas estrategias para promover prácticas sostenibles en la industria. Swiss Re, por ejemplo,  cambió sus inversiones, aplicando  criterios ESG a sus carteras de valores y patrimonio activamente gestionados. Por su parte, Gallagher realiza programas de reciclaje y su equipo especializado en Clima y ESG se encarga de mantener a sus clientes actualizados sobre las mejores prácticas y tendencias del mercado, facilitando así su transición hacia una economía de bajo carbono.

Por otro lado, la reaseguradora Munich Re ha implementado iniciativas innovadoras en la suscripción de riesgo sostenible, integrando consideraciones ambientales en sus prácticas comerciales. Desde inversiones en energías renovables hasta la compensación de su huella de carbono mediante la reforestación, Munich Re está aportando a una industria aseguradora más consciente y comprometida con el medio ambiente.

Estas acciones reflejan un compromiso creciente de las reaseguradoras con la sostenibilidad y sugieren una tendencia positiva hacia la integración de consideraciones ambientales en la industria aseguradora a nivel global.

La interacción entre los desafíos medioambientales y el sector asegurador en Chile crea una oportunidad excepcional para fomentar la innovación sostenible. A medida que el país aborda los desafíos ambientales identificados por la OCDE, se evidencia que la sostenibilidad no solo es crucial para la preservación del medio ambiente, sino también para el crecimiento a largo plazo de la industria de seguros. Esto subraya la necesidad de que todas las empresas del sector consideren y adopten prácticas sostenibles para garantizar un futuro resiliente y próspero para todos.

Fuente:
https://www.paiscircular.cl
https://actualidadaseguradora.inese.es