Elegir sumarse a la transformación digital por parte de las aseguradoras ha rendido frutos insospechados. Durante el año 2021 y según el informe Gallagher -uno de los más respetados del sector- las insurtechs lograron lo impensado: El total de fondos invertidos, de 15.800 millones de dólares, fue la mayor entrada de capital anual de la historia. Pese a la Pandemia, la incertidumbre en el mercado y a la recesión económica, el rubro superó cualquier pronóstico.
Andrew Johnston, director global de InsurTech en el bróker explica: “Se ha producido una increíble trayectoria ascendente de la financiación global de insurtech durante los últimos nueve años”. Y agrega: “A medida que otros mercados de inversión se vuelven más desafiantes y en algunos casos obsoletos, las oportunidades de inversión en InsurTech continúan atrayendo inversores de todas las formas y tamaños”.
El cielo es el límite. Las proyecciones para 2022 son aún más auspiciosas con un primer cuatrimestre prometedor que tiene a Estados Unidos en el top uno de las transacciones participando con el 47% del share de mercado. Le sigue Francia, Reino Unido, Australia, India y Singapur. “Especial mención merece también Chile, que no solo registró cuatro acuerdos, sino que además lanzó el primer negocio sudamericano unicornio, con Betterfly recaudando $ 125 millones este último trimestre”, explica Johnston en el reporte especializado.
Sin embargo, Latinoamérica tiene todavía muchísimo camino para recorrer y posicionarse como protagonista. “Si bien la penetración de los seguros en América Latina ha crecido en las últimas décadas, todavía está por debajo del rango del 3%, muy por debajo de los mercados maduros como Estados Unidos, Canadá, Japón y la Unión Europea, donde la penetración de los seguros ha rondado el 8% del PIB”, sostiene Johnston.
Con solo cuatro años de existencia Betterfly es también parte responsable de la explosión de las insuretechs y así lo confirma este reporte que le dedica un apartado especial. La start up de Eduardo della Maggiora utiliza y combina machine learning y ciencia de datos para automáticamente rastrear y premiar los hábitos saludables que registran sus clientes.
Es imposible desconocer su mérito disruptivo, pero el desafío pendiente es mantener el posicionamiento en la opinión pública. Las nunca bien ponderadas redes sociales, y en especial Twitter, han desatado un pequeño zumbido respecto al uso que hace este emprendimiento de los datos personales que los usuarios entregan.
En tiempos donde la transparencia lo es todo, será también un récord por batir y un desafío por superar la correcta administración de aquella información sensible.