Lisa Insurtech es un desarrollo chileno que acaba de coronarse ganador del Zurich Innovation Championship en mayo pasado. Se trata de una startup que nació en 2018 y que busca hacer más ágil y empático el proceso de cobrar un seguro cuando el consumidor lo necesita. Su creador tuvo esta idea después de sufrir un accidente automovilístico y sufrir en carne propia lo engorroso que podía llegar a ser.
Lisa es sólo un ejemplo más del crecimiento explosivo que ha tenido la aparición de diversas insurtech en Latinoamérica, cada una con un foco distinto y con méritos propios. Por cada seis meses que pasan, nacen 30 nuevas insurtech en Latam. A este ritmo, las apuestas vaticinan que el año 2025 en este lado del continente debiéramos contar con 1000 de estos ejemplares. Hoy existen casi 400 insurtech, es decir, el 7 por ciento del ecosistema insurtech mundial.
Chile y Argentina tienen insurtechs que se exportan fácilmente con índices de internacionalización de 20% y 12%, respectivamente. En el caso de nuestro país, 20% de las insurtechs están instaladas en otros países. Todos estos datos provienen del reporte “Latam Insurtech Journey”, ideado para “democratizar el conocimiento para impulsar el sector asegurador en el mundo que viene”, sostiene su autor Hughes Bertin, Ceo de la consultora Digital Insurance Latam.
El documento también avizora que el sector está creciendo un 22% anual y que “los nuevos drivers de la innovación van a ser la sustentabilidad y la inclusión” dos conceptos que se han tomado la agenda en todo orden de cosas. Es la nueva “responsabilidad social empresarial” que obliga a estas compañías a tener un propósito claro que atraiga talento y clientes.
Por último, el informe anticipa el debate regulatorio que debiera abrirse próximamente por estas latitudes: el “open insurance”. ¿Qué es? Un sistema abierto de seguros, es decir, la posibilidad de que sea el cliente quien tenga plena potestad sobre sus datos y decida a quién y cómo compartirlos e intercambiarlos “de forma segura, veraz, ágil y conveniente”. La idea, que ya fue implementada con éxito en su primera etapa en mercados como el de Brasil, es generar un ecosistema de seguros flexible y que sea fiscalizado por una entidad externa independiente.
Pareciera que todavía está todo por hacer en el sector. Y los capitales comprometidos así lo confirman: Se estima que el nuevo flujo de inversión para las insurtech durante los próximos 3 años alcance la friolera de 1.500 MUSD, el doble de lo que fue invertido hasta ahora.